Este sábado la villa de Galve de Sorbe acogerá una jornada reivindicativa singular y sin precedentes en Guadalajara. Los organizadores han titulado el acto “Rodea el castillo”, tras barnizar el cartel con una estética quincemayista. Pretenden formar una cadena humana alrededor del monumento, construido en el siglo XV y declarado Bien de Interés Cultural en 1949, que actualmente se encuentra en un estado de degradación muy avanzado. Por desgracia, ni el propietario ni la Junta de Castilla-La Mancha, administración competente en materia de patrimonio, están dando la talla.
La asociación de Galve lleva desde 2006 batallando, recogiendo firmas, emprendiendo campañas, haciendo visible el problema, denunciando el abandono del inmueble, alertando de los incumplimientos del dueño y recordando a la Administración el papel que debe ejercer. No relataré este proceso con detalle. Me limitaré a enlazar el artículo publicado en El Hexágono, en enero pasado, por la secretaria de la Asociación Castillo de Galve. Ahí se concretan los pormenores de la evolución histórica y reciente del monumento.
La situación actual no ha variado mucho desde comienzos de año. El castillo sigue imparable su proceso de destrucción. Se suceden los derrumbes en el exterior y la basura acumulada en su interior carcome la estructura de toda su planta. El dueño, Enrique Calle Donoso, no ha satisfecho los requerimientos de la Comisión de Patrimonio ni las advertencias de los técnicos regionales. La Junta comunicó en febrero a la asociación galvita que da por agotada la vía negociadora y el delegado provincial, José Luis Condado, se comprometió ante los medios de comunicación el 21 de febrero a abrir un expediente sancionador al propietario.
A día de hoy, Enrique Calle se ha desentendido por completo de su propiedad y el Gobierno regional no le ha sancionado. Esto equivale a decir que el dueño se ha instalado en la violación sistemática de la legislación, mientras la Administración se muestra incapaz de hacer cumplir ni la ley estatal de 1985 ni la ley regional que este mismo gobierno sacó adelante el año pasado.
Por eso es por lo que los galvitos vuelven a levantar la voz. Porque la negligencia del propietario es ya insoportable y porque el pasotismo del Gobierno de Castilla-La Mancha –el actual y el pasado- roza lo inaceptable. Sancionar económicamente a quien ha conducido el castillo a la semirruina quizá sirva para que éste deponga su actitud insensata. En todo caso, es lo mínimo que se espera de un gobierno responsable. Debería haberse hecho en la legislatura anterior. Ahora llega tarde, pero más vale tarde que nunca.
“Guadalajara es la provincia con más fortificaciones, pero no es la más poblada ni es la más rica para mantenerlos”. Lo advirtió Pepe García de Paz, investigador del patrimonio, intelectual solvente, extraordinario amigo. Así seguimos y así le luce el pelo a nuestra provincia en lo tocante a conservar el patrimonio: Bonaval, Galve, Óvila, Sopetrán, Pelegrina, La Torresaviñán, La Salceda de Tendilla, el Cuadrón de Auñón, Querencia, Villaescusa de Palositos… Una tierra por los suelos.
Ojalá la cadena humana de este sábado, y el resto de actos programados, ayuden a remover conciencias. Ojalá actúe de revulsivo. Ojalá despierte la sensibilidad de quien hasta ahora se ha parapetado en la inacción y la incompetencia.
* El autor es colaborador de Henares al día y presidente de la Asociación Castillo de Galve
PROGRAMA DE ACTOS JORNADA ‘RODEA EL CASTILLO’. Galve de Sorbe, 11 octubre 2014.